miércoles, 26 de febrero de 2014

MEDITERRANEO

Hablar del  MARE NOSTRUM es hablar de historia, del inicio de nuestra civilización. Hay que bucear profundamente en ella para hallar los orígenes de nuestra vela latina.


Durante mucho tiempo se atribuyo a los árabes la invención de este tipo de velas, pero existen documentos gráficos que prueban su existencia en el 150 a. de C., concretamente en una lápida funeraria datada en esa fecha conservada en el museo de Atenas.


Las encontramos también en las batallas navales de Actiúm y Farsalia, parece ser que procedentes de navíos auxiliares originarios de Liburnía y arrebatados a los piratas de esa región por Julio Cesar en el 48 a. de C..







Fueron profusamente utilizadas por los bizantinos y de ahí pasaron al mundo árabe en su muy posterior expansión en la que difundieron y perfeccionaron el uso de esta magnifica vela.







En definitiva parece ser que la vela latina la idearon un grupo de griegos que, huidos de su tierra como los primeros romanos, se establecieron en la costa oriental del Adriatico y fundaron Liburnia en el siglo II a.de C., cuando por aquel entonces los árabes aun eran tribus dispersas y generalmente nómadas del desierto.










Incluso su denominación nada tiene que ver con los pueblos que habitan las orillas del mediterráneo sino mas bien con la distorsión de la denominación  "a la trina" es decir de forma triangular.

En el mediterráneo se produce su máxima expansión y se incorpora a los viajes transoceanicos en el palo de mesana de las carabelas.











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