La motivación para la contrucción de un barco siempre tiene que ver con los recuerdos y las vivencias de otras épocas, las lecturas de la niñez y la juventud, al menos de mi generación, dejaron imagenes imborrables a las que mas tarde hay que dar cauce.
Los magnificos dibujos de Harold Foster en el Principe Valiente o las aventuras en navíos vikingos del Capitán Trueno de Mora y Ambrós, así como, el sensacional Sigur el vikingo de Ortiz, me hicieron soñar en mis primeros años y aún hoy. También películas como LOS VIKINGOS o, mucho mas reciente, EL GUERRERO NUMERO 13. Todos mostraban navíos increibles capaces de emfrentarse a las singladuras mas difíciles.
La costumbre de utilizar sus barcos como monumentos funerarios nos ha permitido conocer todos los detalles de su construcción como, por ejemplo, la tablazón del forro dispuesta en tingladillo, con las tracas apoyadas las unas en las otras como si de tejas se tratase, asi como su timon lateral en espadilla.
Otro elemento a destacar es la pieza soporte para el mastil el merlin que daba seguridad y robustez a esta parte tan importante de la nave, señalar tambien los baules o arcones que eran propiedad de cada tripulante donde guardaba sus pertencias incluidos los productos de sus correrías y además les servían como banco de remo cuando la navegacion se producia por ese sistema.
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